domingo

La pequeña educación



Es un hecho actual, inquieto y en plena discusión entre fuerzas políticas y el pueblo conocedor de todas las privatizaciones que van a sufrir en esta área y que tanto perjudicará a los que vienen. Un hecho en el cual no solo debe preocupar si los estudios superiores como son la Universidad, los másteres o los grados superiores se tambalean encima de una finísima cuerda; también existe una carencia silenciosa, que no es tan directa y salvaje como los recortes pero que nos va dilapidando lentamente; son las carencias varias que existen en la educación primaria y secundaria. No llegan a ser carne de manifestaciones y pancartas mordaces porque no llega a afectar de forma directa a los bolsillos, pero es mucha más peligrosa, pues se desplaza a gatas, arrastrando los codos y haciendo un daño incomparable con los gastos monetarios en estos estudios.

Por ello y por tantas cosas, deberían cambiar aspectos esenciales como el compromiso individual con el alumno y la motivación de estudio. También “modernizar” las clases, utilizando un lenguaje y un comportamiento más cercano siempre desde la imposición y la distancia entre alumno-profesor. Modernizar las bases de la educación parte de un personal docente “actualizable”, es decir, personas con capacidad, mentalidad y conocimiento para afrontar y asumir las nuevas situaciones y las nuevas condiciones sociales. Cito a una profesora: "Cuando llevas unos años, en Educación, como en otros trabajos, uno tiende a estancarse un poco, e introducir métodos nuevos no es sencillo". Mi respuesta: si la sociedad evoluciona (que lo hace y a pasos agigantados), con ella evolucionan los niños. Así que esos métodos nuevos no serían tan difíciles de aplicar porque no serían anacrónicos, es más, serían bien recibidos y encajarían perfectamente entre los engranajes de la enseñanza y el alumnado.

En cuanto al temario, en algunas ocasiones es un temario extenso, sin capacidad de profundizar o reflexionar en él. También la relación entre aula-número de alumnos es vital, quizás la más importante. La diferencia entre 18 alumnos por clase y 30 es abismal, se podría dar pie a la personalización de la educación, adaptación y aprehensión de la velocidad de asimilación de conocimientos de cada alumno. Aunque más que una propuesta, esto es una utopía, puesto que gracias a nuestro ministro de educación el ratio alumno/profesor va a aumentar. Y no entro en más.

Más que la ampliación del bachillerato a un tercer año, debería hacerse una remodelación desde los cimientos hasta el tejado de la E.S.O. Es un espacio académico que es utilizado como vía de orientación y elección del alumnado para su futuro laboral; como un mero trámite que hay que cumplir. Pero a cuestiones de enseñanza, deja un enorme socavón en materia educativa, tanto por la parte de contenido teórico, como por parte docente, considerando la Educación Secundaria como lo antes descrito. Más interés, disposición, entrega, motivación y entusiasmo.

Quizás, y sería aconsejable conocer las opiniones de las que la cursan, habría que reformar y remodelar la carrera de magisterio, en la licenciatura son tres años, y a mi juicio, son pocos para una profesión que conlleva tanta responsabilidad. Ampliar conocimientos y experimentar en estudios de nuevos métodos educativos sería idóneo.

La sucesión de subvenciones que recibe la escuela concertada no es del todo aceptable: o escuela pública o privada; no escuela privada financiada con dinero público. Pero no del todo privada, no es válido sembrar de privatizaciones a la educación. Se convertiría en una escuela de las élites, sin dar oportunidad a los “otros”.

Por supuesto sería ideal que se les ofreciera una mayor información a los alumnos de los acontecimientos que ocurren en la sociedad, tanto política, social, como económicamente, adaptando las explicaciones a su vocabularios para su mejora en la comprensión. Pero esto sería idóneo para formarlos en una opinión consistente y que fueran conscientes de todo lo que ocurre. No puede ya valernos la excusa que los niños están metidos en una burbuja mientras que cursan estudios primarios. Deben ser conocedores de todas las circunstancias adversas que están aconteciendo.

Y todo esto es manejado por la mentalidad de los políticos, a veces captadora de votos y otras cerradas en ideologías; pero así va, con una necesaria e inminente mudanza de ideas hacia un presente actualizado, moldeable y sin explotar.  Un presente, que va a ser el futuro. Los niños.

viernes

Resignación temprana





"Otra cosa es cuando este compartimento se queda parado, atascado en el avance de su monótono y elegante trayecto diario, donde las personas se ponen nerviosas y empiezan a sudar." 






Levántate, vístete rápido, huye de allí aunque lo que quieres es quedarte y lo que haces es extender el brazo hacia tu destino, no mires a nadie, haz las cosas automáticamente, súbete y bájate de los pensamientos de tu cabeza todas las veces que aterrizas en este mundo lleno de cenizas y raspaduras de carbón, luego mira al suelo y vuélvete para asegurarte de si estaba mirándote, aunque la estrechez de vuestras miradas sea tan estúpida que no sea reconocible, compruébalo.

Y reza por subirte a uno de ellos, cuadrados silenciosos llenos de cordialidad, amabilidad, respeto y miradas cómplices. Todo el mundo callado, respetando el espacio de los demás y sabiendo cual es su sitio. Mostrándose servicial para cuando alguien se baja de ellos y se despide con una sonrisa. Miradas al techo y el ruido de los engranajes, aparte de algún que otro mal olor, es todo lo incómodo, inhumano y detestable que puedes encontrarte en ellos, porque todo lo demás es sumamente bonito, incluso es tan elegante como cuando a una mujer se le asoma un tacón por debajo del vestido largo. Paredes que van con traje y corbata y te observan cómodas desde su hábitat buscando tu desapego de ese sitio en el que solo quieres salir para dejarlo atrás sin haberlo mirado, sin haberle prestado la más asquerosa de tus miradas para fijarte en todos sus detalles, porque solo es un medio que te lleva desde el más sucio de los quehaceres hasta el más mísero, ruin, exigente, holgado y galardonado tajo en el cual solo lo avistas desde las placas con nombres y entradas de protocolo.

Pero sales y qué haces, porque no sabes que hacer. Detestabas antes el mundo tan pequeño, tan lleno de hipocresía y asequible gentilidad, para despreciar la panorámica que avistas delante de ti, donde la frialdad de lo conocido y la calidez de lo inexplorado hacen de él un repugnante sitio donde la apatía se ha ido tornando en paralelo con la invasión de tintes grisáceos donde ponen la bandera sobre lo verde, aquello en el que algún lugar que tenga mismas tonalidades naturales son recogidas por los individuos como riquezas que comparten insólitamente con demás homogéneos suyos. Esos sitios son los que se llenan de personas que todavía no han detectado el degradado grisáceo que sufre su entorno y a los cuales empiezan a afectarles, pero son individuos que buscan cuidadosamente y sin consecuencia alguna el soma que los salve del mismo rizo que los hizo caer. Porque sí, porque la contemporaneidad de los tiempos no nos vuelve a todos conscientes de lo que hay que realizar, porque pocos se dan cuenta que se puede parar el propulsor que mueve al ventilador que impulsa el aire que nos traen de arriba, pero alguien tiene que saber ponerle el pie a la puerta antes de que se cierre para siempre, no todavía es tiempo de concebir en la realidad un grabado de miles de estampas semejantes que se unen en fila para ser adiestrado por el látigo cansino que no daña por su fuerza sino por su constancia.  No es de buen gusto aunar fuerzas solo contigo para salvar tus envejecidos y dorados platos agrietados, por eso, cuando de verdad el viento de arriba se vuelva contra su propio propulsor no serán solo héroes aquellos que llenaron sus pulmones de propio aire y expiraron viento en contra, sino aquellos que se ahogaron por absorber el viento opuesto y a la vez soplaron con la reunión de aires de todas las corrientes.

Y ya cuando una vez que vuelen todos en modo ascendente y que en las esqueléticas urnas donde se decide qué tipo de hilos usar expongan mapas positivos y miradas al tiempo desde la catástrofe hacia el continuo amparo, aquí, aquí es cuando los que vengan se llevarán mil y siete sermones sobre si deberían poner en duda si es necesario escupir puñetazos que escondan bolígrafos en las conciencias de un botellón.

Por eso es que sería el mayor placer sereno de todos esos el vivir en un ascensor siempre, pues la vida debería ser obligada a desarrollarse dentro de uno de éstos, donde todo se pida con corrección y así sea concedido, para dejar sitio al que entra y espacio al que sale, y que no se vean coartado a reaccionar de manera vehemente  por tener que acompañarlo a su destino a pesar de tener que esperar más para llegar al lugar codiciado. Y si llega uno con aires despectivos que quiere ocupar todo el ascensor, pues se le saluda desde fuera con gesto impávido y se le hace señas de que no es nuestra culpa.